Interpretes:


Mariano Valverde:

Nació en Quetzaltenango el 20 de noviembre de 1884. Estudió en el Instituto para Varones de Occidente y recibió clases de música particularmente, trasladándose después al Conservatorio Nacional de Guatemala.
Valverde ejecutó el piano y fue virtuoso guitarrista y eminente director de marimba, instrumento en el que trató de evolucionar su ejecución, enseñándola a tocar por solfa.

Adicionalmente, figura en el diccionario de guitarristas, escrito por Domingo Pratt, editado en Argentina. Con los hermanos Hurtado viajó por Estados Unidos a principios del siglo XX con un conjunto de marimba que cosechó muchos lauros por esas tierras, donde fue grabada la mayor parte de su repertorio.

Escribió más de un centenar de composiciones, encontrándose entre ellas la famosa pieza musical Noche de Luna Entre Ruinas, Horas Grises, Ultimo Amor, Ondas  Azules y Reír Llorando, entre otras. Murió en la capital de Guatemala el 27 de diciembre de 1956.

Eliseo Castillo:

Nació en la ciudad de Huehuetenango el 14 de junio de 1879. Juntamente con su hermano Simeón obtuvo beca para realizar estudios en el Conservatorio Nacional, de donde en 1906 fueron requeridos a prestar servicio militar en la frontera con El Salvador. Terminado el conflicto se trasladaron a Santa Ana, (El Salvador), donde tuvieron muchos triunfos como músicos, sobresaliendo Eliseo como compositor.

Los hermanos Castillo regresaron a Huehuetenango en 1910, donde Eliseo continuó su obra creativa. 
Siendo la época de los valses, compuso varios sumamente sentimentales y llenos de ternura y sensibilidad, que cautivaron a los huehuetecos.

A su fox, “Mis Tristezas” lo denominaron “El Himno de Huehuetenango” y es, a la par de su vals “Despierta”, la melodía por excelencia de las serenatas del miércoles santo y de la víspera del día de los Santos.  Estas melodías se siguen escuchando después de 65 años de haberlas estrenado su autor. Entre sus principales composiciones están: “Ecos de la Sierra”, “Ave sin nido”, “Luna de miel”, “Elisa”, “Un sueño”, “Lágrimas del Alma”, “Primera Sonrisa”, “Ternura”, El Encanto del un Baile”, “Monedas y Copas”, “Adelante Unionistas” y muchas más.

Fue profesor de educación musical de toda una generación de huehuetecos y se trasladó a Quetzaltenango a principios de los años veinte, donde dio clases en varios establecimientos escolares, habiendo fundado la estudiantina de la Escuela de Artes y Oficios, cuyo director era el Profesor Gabriel Arriola Porras. Dio clases a varias familias quezaltecas, contándose entre sus alumnos al connotado guitarrista Danilo Rivera. Falleció en la ciudad capital de Guatemala el 25 de febrero de 1927 y sus restos yacen en Huehuetenango, en el panteón de la familia.

La Municipalidad de Huehuetenango, como reconocimiento a su obra musical, le erigió un busto en el barrio El Calvario de aquella ciudad y la Asociación de Músicos Huehuetecos creó en 1976 “La Orden Eliseo Castillo”, para condecorar a los músicos huehuetecos que han sobresalido. La primera condecoración fue impuesta a J. Eduardo Tánchez, el 22 de noviembre del mismo año.

Benedicto Ovalle Bethancourt:

Marimbista y compositor, que nació en Quetzaltenango el 29 de julio de 1894, hijo de José Cornelio Ovalle y Juana Bethancourt de Ovalle.

Tuvo como ocupación principal la enseñanza de la marimba, la que ejecutó maravillosamente, tanto por lectura como en forma audiovisual. Asombró, cómo a sus 93 años recordaba melodía que ejecutó en su juventud, con lo que demostró tener una retentiva musical extraordinaria y fue de los pocos marimbistas antiguos que leyó y escribió música con toda clase de facilidad.

Benedicto estudió con los recordados maestros Anita Bethancourt, Manuel Sandoval y Jesús Castillo, connotados profesores de música que formaron a la mayor parte de ejecutantes y compositores de la bella Xelajú

Desempeñó varios cargos de importancia dentro del conglomerado de artistas nacionales. Dirigió e integró el conjunto “Maripiano Ovalle”, al igual que la marimba Estrella Altense en su ciudad natal, conjunto con el que viajó a Estados Unidos por invitación del Estado de California en 1939, para la inauguración del puente “Golden Gate”.

Como ejecutante de la marimba, asistió a los festivales de Manizales, Colombia y también a Miami Florida.
Desde 1941 entró a formar parte de la Orquesta de la Policía Nacional como violonchelista y posteriormente pasó a integrar la marimba “Maderas de Mi Tierra, con la que viajó por el Norte, Centro y Sur América.

Son muchos los homenajes de que ha sido objeto, tales como el de haberlo declarado hijo predilecto del pueblo de Quetzaltenango en 1950

Adicionalmente, huésped distinguido de Baton Ruoge en 1959 y el Pedestal de Oro que le otorgó el gobierno en el Teatro Nacional.
Entre sus melodías están “Medalla de Oro”, premiada en 1921, “Carmela”, “Flores Quetzaltecas”, “San Agustín”, “San Bernardino”, “Bajo los Pinos”, el concertante para pícolo “Clarinero”, “Teatro Nacional”, “Bertita”, “El Río” y la pieza de concierto que tituló “Sinfonía Indígena Nº 1”, entre otras.

Atendiendo a su edad y por sus méritos, La Junta Directiva de AGAYC le asignó una pensión vitalicia, la que, a pesar de ser pequeña, se cree que le sirvió mucho durante sus últimos días. Falleció el 27 de mayo de 1995.

Víctor Wotzbelí Aguilar:

Nació en la ciudad de Huehuetenango el 14 de junio de 1897, hijo de Trinidad Solórzano y el Lic. Porfirio Aguilar. Cómo anécdota, su padre al inscribirlo en el Registro Civil no firmó el acta de nacimiento, por lo que en el libro respectivo aparece su nombre marginado únicamente con el apellido materno.

La familia Aguilar se trasladó a Quetzaltenango, siendo Wotzbelí muy niño y en aquella tierra Altense realizó sus estudios en el Instituto para Varones de Occidente, paralelo a seguir estudios musicales, al inicio con Manuel Sandoval y más tarde con Jesús Castillo.

Instrumentos de su predilección fueron el piano y la guitarra, en los que tenía especial gusto en transformar el aire del son guatemalteco en un movimiento rápido con acompañamiento similar al de la marcha, escrita en compás 6/8, lo que le dio lugar a la creación del ritmo “Guarimba”, el que, con mucho orgullo para los guatemaltecos, se estima actualmente como música representativa de la raza mestiza.

Esto se considera así, porque tiene características del son chapín con acompañamiento rítmico y adaptaciones tonales de la música europea. Es Wotzbelí el compositor de música ligera que más ha penetrado en la conciencia del pueblo guatemalteco, por eu estilo específico del uso del compás de seis octavos, comúnmente llamado seis por ocho, ya que en él parece estar cristalizado el espíritu del nativo fusionado con el del conquistador.

De sus obras son muy conocidas “Utz pin pin”, “Actualidad”, “La Cruz del Cerrito”, “Añoranza”, “Occidente”, “Tristezas Quetzaltecas”, “La Patrona de mi Pueblo y  “Los Trece”, entre otras, melodías que hasta el presente se escuchan constantemente en nuestras marimbas.
Viajó fuera de los linderos de nuestro país, dando a conocer en el exterior su talento musical. A su regreso, dejó de existir en Quetzaltenango el 4 de julio de 1940.

 

 


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